Por Máximo Kinast
CAPÍTULO EN EL QUE ESPERO TERMINAR CON LAS CAUSAS PROFUNDAS, O SEA, LA VERDAD DE LA MILANESA, O COMO DICEN EN CHILE, LA MADRE DEL CORDERO, O DICHO EN ESPAÑOL BIEN CASTIZO, EL QUID DE LA CUESTIÓN
El 29 de septiembre pasado escribí:
Lo más posible que ocurra es que se llegue a un acuerdo que permita a los Senadores salvar sus expectativas de reelección y le den a Bush los 700 mil millones... con los que no solucionará nada, porque la solución no es privatizar unos bancos quebrados por sus inmorales directivos; pero Bush lo intentará y dirá que ha generado confianza en los mercados...
Perdón por la inmodestia de citarme (pero mis amables lectoras y mis ambles lectores ya se habrán dado cuenta de que no soy modesto), lo hago porque me gusta saber que ha sucedido como predije (en la primera parte): le dieron el dinero a Bush. Ahora queda por cumplirse la segunda parte: ...no solucionará nada... por la sencilla razón de que ese dinero se lo robarán los ricos banqueros y financistas creadores de la crisis.
Pero hablemos de las causas profundas de la crisis mundial actual:
La primera y la más importante es nuestra cosmovisión occidental, blanca, judeo cristiana, cínica y estúpida. Estamos convencidos de que el planeta soporta todo. Que podemos extraer las riquezas (materias primas) indefinidamente, sin consecuencias, a pesar de que el Club de Roma nos avisó de que ocurriría lo que esta ocurriendo, hallá por los años 60 del siglo pasado. Thomas Robert Malthus (1788 - 1834) advirtió con mucha antelación que la población tiende a un crecimiento exponencial y los alimentos a un crecimiento aritmético, o dicho más claro: HAMBRE, hay gente que se muere de hambre, sólo por no haberle creido. Más cercano a nosotros Ernst Friedrich Schumacher (1911–1977), autor de ‘Small is Beautiful’, nos advirtió de la necesidad de reponer los bienes de la Naturaleza.
En mi artículo Paykuna, Pachamama y Ayni lo explico con detalle; pero te hago un pequeño resumen, en honor a tu cosmovisión y al Lavado de Cerebro que sufres cada día y que te hace apetecer el conocimiento en píldoras.
En nuestra Cosmovisón occidental, la persona más importante es YO, por eso es el primer pronombre. En la cultura quechua, andina, es PAYKUNA, que se traduce por ellas, ellos, aquellas y aquellos, pero que implica ’los que vivieron antes, los que viven ahora y los que vendrán en el futuro’. Aplicado a algo práctico, si un indio amazónico no quiere vender la selva es un ’perro del hortelano’ que no entiende el progreso, según la cosmovisión occidental. Desde la cosmovisión andina es absurdo e imposible, porque no es una decisión que corresponda a un YO, ni siquiera a un nosotros... ¿Como puerdo vender la tierra de mis antepasados y de mis descendientes sin su aprobación? El resultado práctico es que si se vende, se talan los árboles y tu deberás aprender a respirar un 25% menos de aire, porque eso es lo que producen esos árboles que defienden los indios con su cosmovisión.
La segunda causa profunda es -según Alvin Tofler- el bache que hay entre las empresas y las leyes. Estas últimas son de hace un siglo, en tanto que las finanzas se mueven con tecnologías de última generación. Los bancos, financieras, brockers y toda esa selva de expertos financistas y altos cargos se mueven por el lucro y no están sometidos a las leyes de ningún país. Sus dineros -virtuales y reales- están en paraísos fiscales. Ya puede Attac intentar y luchar porque se les aplique la Tasa Tobin (idea de James Tobin, Premio Nobel 1981), que ellos están muy por encima de estas menudencias. Mueven el 95% del comercio mundial y nadie les controla. Todo el comercio de bienes y de servicios entre países y gobiernos, con sus balanzas de pago incluidas representan aproximadamente sólo el 5% de todo el dinero que se mueve en este planeta. ¡Están jugando al Metropol!. Es dinero que sólo existe como impulsos electrónicos en el cyberespacio. Ni siquiera está representado por papel. PERO EXISTE E INFLUYE Y DETERMINA LA ECONOMÍA MUNDIAL.
La tercera causa profunda es la ENTROPIA, que es una medida del desorden que, como explica el premio Nobel belga Ilya Prigogine (1917 - 2003), siempre aumenta. El desorden siempre aumenta, a pesar de que Stephan Hawking dice en su Historia del Tiempo de que estadísticamente es posible que disminuya, esa posibilidad es tan ínfima que no se produce. Sólo es posible producir orden (o entropía negativa) en un sistema a expensas de aumentar el desorden en otro sistema. Viene a significar que todo lo que hacemos tiene un costo que se mide en desorden. Es muy fácil sacar la pasta dental del tubo, es casi imposible volver a meterla. Y esto es muy serio, porque hasta el hecho de plantar un árbol genera entropía y ese desorden que causamos puede ser mayor que el orden que deseamos. James Lovelock (1919 ->), científico de prestigio mundial, famoso por su Hipótesis de Gaia, cree que ya no es posible revertir la situación ecológica mundial: Hemos destruido el planeta. La entropía creada, generada por el ’american way of life’ con ayuda del neoliberalismo nos ha jodido.
La cuarta causa profunda (y no la menos importante) la explica Annie Leonard en su Historia de las Cosas que de forma muy sencilla (y divertida) nos cuenta la más importante falla de nuestro sistema económico y comercial. No te la explicaré, poque para eso esta su video, pero te la resumo en una frase: En un mundo finito (que no es infinito) no cabe un sistema líneal y abierto. Y no habernos dado cuenta a tiempo de este axioma, es la causa más importante de estar condenados a la desaparición como especie sobre la faz de la Tierra. Aunque quizás, como decía en la primera parte, todavía se pùedan salvar algunos grupos humanos y volver a empezar. Lo afirmo porque lo creo así, no porque yo sea un optimista incorregible.
En el próximo capítulo - y habiendo comprendido y digerido conceptos explicados en estos capítuos- ofreceré algunas ideas para defendernos de la crisis mundial y no morir en el intento.
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